Las manchas suelen desarrollarse como resultado de un trauma leve o moderado a la uña. A veces la lesión ocurre semanas antes de que aparezcan las decoloraciones, puesto que las uñas crecen a un ritmo muy lento. Normalmente la leuconiquia no requiere de tratamiento y suele desaparecer con el tiempo, a medida que la uña crece. Las manchas no reaparecen al menos que la uña sufra un nuevo trauma.
Sin embargo, esto aplica únicamente cuando sólo una o pocas uñas se ven afectadas. Si todos las uñas muestran manchas o rayas blancas, podría ser a causa de una enfermedad más grave, como anemia, cirrosis, diabetes, enfermedad renal o cardiaca.
Otra posibilidad es que las manchas surjan a causa de una infección leve o una alergia, o como efecto secundario de ciertos medicamentos. El uso de detergentes y otras sustancias agresivas también puede debilitar las uñas.
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